miércoles, 29 de agosto de 2012

EL SISTEMA EDUCATIVO FINLANDÉS, UN SISTEMA DEL QUE TODOS DEBERÍAMOS APRENDER


  
 El sistema educativo del país nórdico es el mejor del planeta según los últimos informes PISA. Si comparamos su sistema educativo con el nuestro, el español,  nos daremos cuenta de que vamos por el camino equivocado. En España asistimos a sangrantes recortes educativos:  despido masivo de personal interino, profesores fijos desplazados a otros destinos, aumento de ratios, pruebas de diagnóstico inútiles, falta de autonomía de los centros, desprestigio de la figura del profesor, etc. Todo esto traerá como consecuencia un sistema educativo peor del que tenemos, ya que profesores poco valorados y desmotivados no afrontarán su trabajo en las mismas condiciones que docentes valorados, bien remunerados y bien considerados socialmente. Las máximas del mínimo esfuerzo y del sálvese quién pueda estarán ahora más presentes que nunca en nuestras aulas y las actividades de motivación, nuevas tecnologías y proyectos de innovación serán menores ante el panorama que se nos presenta el  curso que viene. 

   Descubramos ALGUNAS DE LAS CLAVES DEL ÉXITO DEL SISTEMA EDUCATIVO FINLANDÉS y veamos qué lejos estamos de un buen sistema educativo:

1.  La educación se basa en la confianza, la transparencia y el respeto.En Finlandia, la comunidad confía en los colegios, la población confía en los profesores y los maestros confían en los alumnos.
“Los políticos, los pedagogos, los empresarios, los estudiantes… Todos saben que la educación es el principal recurso del país para competir en el mercado internacional y para construir una ciudadanía cívica”, dice Wagner en ‘The Finland Phenomenon: Inside The World’s Most Surprising School System’, el documental que presentó en Madrid como inauguración del Global Education Forum 2011. 
   
La relación de confianza cierra el círculo en Finlandia. La comunidad y los alumnos confían en los profesores, y los profesores confían en los alumnos. Durante las horas lectivas los profesores se ausentan del aula, cuando lo consideran oportuno, para que los adolescentes trabajen solos en sus proyectos. No conciben un sistema de control y tampoco es necesario. “Las personas se comportan mejor y consiguen mejores resultados cuando se encuentran en un entorno de confianza. Cuando solo hay quejas se convierte en un sistema enfermo”, asegura Wagner. 

    En España, desgraciadamente, resulta más fácil criticar y desautorizar al profesor que respetarlo. Si el alumno suspende no es porque no haya estudiado sino porque el profesor "le tiene manía" o "discrimina a su hijo".  Queridos padres, ¿No os dais cuenta de que padres y profesores tenemos que trabajar juntos para educar a los hijos? Falta confianza, si, entre padres y profesores. Y además esta falta de confianza se ve aún más mancillada cuando autoridades públicas critican a profesionales de la educación diciendo que somos unos vagos y que nos quejamos por nada.


2. Los profesores en Finlandia son muy respetados  y gozan de una gran reputación. Los docentes cursan tres años de licenciatura y dos años de máster. El acceso requiere una nota elevada y una prueba de selección. 

“La comunidad confía en los profesores porque saben que han sido muy bien preparados". Son profesionales que aman  realmente su trabajo. Explican de forma divertida, han pasado varias pruebas y una formación exigente hasta conseguir su puesto de trabajo y los maestros finlandeses desarrollan su actividad hasta la jubilación. 

   En España, los profesores también están bien preparados en los contenidos que imparten. Sin embargo, creo que sería necesario potenciar las cuestiones prácticas de cómo enseñar antes de entrar a dar una clase. El profesor se va curtiendo en las clases y es la experiencia la que te va enseñando. Creo que si falta preparación en este sentido y que los profesores estaríamos dispuestos a formarnos si nuestro trabajo estuviera bien remunerado, bien reconocido y tuviéramos los derechos que estamos perdiendo en los últimos meses. 

3. La enseñanza en Finlandia no se reserva solo al colegio. De hecho, la enseñanza obligatoria comienza a los 7 años y los niños tienen menos horas lectivas que en otros países. “En casa es donde empiezan a aprender la lengua y a socializarse”, dice el estadounidense. “En el colegio la socialización sigue siendo muy importante. La relación con el profesor es fundamental y resulta muy cercana porque no hay más de 20 alumnos por clase. El número de matriculados en un colegio también es muy reducido. No vi ningún centro con más de 500 niños”. 

    ¡Qué curioso! Tienen menos horas lectivas y los resultados son mejores. Tomen nota aquellos que hablan de aumentar horas lectivas para mejorar el rendimiento de los alumnos. Como yo siempre digo, lo importante no es la cantidad sino la calidad y la educación no es una tarea exclusiva del profesor sino que es fundamental que los padres se involucren en la educación de sus hijos.
   
    Y otro apunte interesante: El país con el mejor sistema educativo del mundo tiene clases que no superan los 20 alumnos  En España daremos un gran paso hacia atrás el próximo curso escolar, ya que al aumentar el número de alumnos por clase se empeorará considerablemente las condiciones para aprender. Los alumnos disruptivos aumentarán, los alumnos con dificultades para aprender quedarán rezagados y los alumnos brillantes sobrevivirán como puedan (si pueden). 

 4. Conceden gran autonomía a cada colegio para organizar su programa de estudios. La planificación educativa es consensuada entre los profesores y los alumnos. Los adolescentes dan su opinión sobre las propuestas de los docentes, informan de sus intereses y participan en la organización del curso. La autonomía de los colegios se enmarca dentro de un sistema en el que la educación se concibe como algo gratuito e igual para todos. Los niños tienen acceso a centros de enseñanza similares y no pagan por el material. Los colegios proporcionan libros, ordenadores e incluso la comida. 

“Hace unos años el sistema estaba mucho más centralizado pero descubrieron que los resultados eran mejores si cedían más poder y autonomía a los colegios”, comentó Wagner. Esa es una muestra de la confianza de la población en el sistema. 

    Los colegios actuales tienen cierta autonomía, aunque las cuestiones básicas vienen dictadas desde arriba y generalmente, las cuestiones más espinosas y difíciles se dejan a libre disposición de los centros.

   Por otra parte, en estos años en los que la Educación Pública vive sus horas bajas, cobran más sentido este sistema de educación finlandesa. Si queremos que nuestra educación siga siendo gratuita e igual para todos, defendámosla TODOS: profesores, padres y madres, alumnos... Si los profesores estamos fastidiados, nuestros hijos también lo estarán. Si la educación pública está empeorando y no hacemos nada, llegará un momento en el que se imponga la privada y sólo podrán estudiar los hijos de los ricos. ¿Es esta la educación que queremos?

5. La metodología no se basa en la memorización de contenidos sino que hace énfasis en el desarrollo de la curiosidad, la creatividad, la experimentación… No es una cuestión de transmitir información. Para los finlandeses es más importante aprender a pensar que aprender a repetir”, comentó Wagner.  

Además, la participación de los estudiantes garantiza que se incluyan los temas y las herramientas educativas que les motivan. En las clases de Finlandia se proyectan vídeos de YouTube, se preparan temas investigando en Wikipedia o Facebook, utilizan cómics y escuchan música… No existe una vida dentro del aula diferente a la vida detrás de sus puertas, y la tecnología, igual que ocurre en sus casas, se utiliza a menudo en clase. a versión práctica de este método de enseñanza se manifiesta, por ejemplo, en realizar proyectos basados en crear una empresa. Los alumnos se organizan por grupos para aprender a trabajar en equipo e incluso pasan una noche durmiendo juntos. “Esto hace que el grupo funcione mejor. Nos conocemos más y aprendemos a convivir”, comentaba un estudiante en el documental. “Esto nos hace ver que tú solo no puedes hacerlo todo. Tenemos que colaborar”. 
   
   Lamentablemente, nuestro sistema educativo potencia la memorización y posterga los aprendizajes más innovadores. Yo, personalmente, considero que lo importante no es lo que un alumno sepa de memoria (de hecho no sirve para nada, ya que los contenidos los ponen en el examen y a la semana siguiente ya se les han olvidado) sino que el alumno sepa pensar por sí mismo, reflexione sobre lo que lee y que su paso por el instituto le sirva para ser un ciudadano crítico. 

   Las dinámicas de clase han cambiando mucho en relación a décadas anteriores. Ahora nuestros alumnos conviven con las nuevas tecnologías, hacen presentaciones Power Point, ven películas,  buscan ellos información sobre los nuevos temas, se potencia el aprendizaje cooperativo... Yo estoy convencida de que ofrecer unos contenidos más atrayentes e introducir las nuevas tecnologías en el aula es más positivo para el aprendizaje. Sin embargo, esta vía no es un camino de rosas, ya que hay profesores que no quieren ir por esta senda e incluso a veces los propios alumnos prefieren continuar con una enseñanza tradicional. 

 En definitiva, grandes enseñanzas las que nos deja el sistema educativo finlandés. Es una lástima que en nuestro país se primen los intereses particulares en detrimento del beneficio de la gran mayoría. Quedémosnos con el lema de los finlandeses y luchemos por hacerlo también nuestro: Un país sin recursos económicos tiene que potenciar sus recursos humanos para poder progresar.

   Os dejo por último un vídeo sobre la educación finesa: El sistema educativo finlandés: un sistema basado en la confianza que nos hará reflexionar a todos:



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